La Comisión señala que varios Estados miembros han establecido marcos jurídicos nacionales para apoyar el crecimiento de este sector y asegurar una protección adecuada para los inversores. Así, Bruselas apunta que estos regímenes son consistentes con los objetivos y los resultados que buscan, pero que están adaptados a los mercados locales y cuentan con enfoques legales domésticos.
Por ello, el Ejecutivo comunitario defiende que, dado que el crowdfunding es principalmente local y se trata de un sector que cambia rápidamente, no hay "argumentos sólidos" que justifiquen una regulación a nivel comunitario.
En otro orden de asuntos, la Comisión Europea ha destacado que apoyar modos innovadores "para conectar los ahorros al crecimiento y diversificar las fuentes de financiación de las empresas europeas” es crucial para mejorar el “crecimiento y la creación de empleo" entre los estados miembros.
No obstante, desde Bruselas han afirmado que seguirán analizando la evolución del crowdfunding y que se reunirán dos veces al año con las autoridades y con actores del sector, de forma que se asegure que es capaz de responder a tiempo en caso de que sea necesario plantear una convergencia legal a nivel europeo.
Fuente de financiación “clave” En paralelo, la Comisión Europea ha apuntado que, a pesar de que en la actualidad sigue siendo una fuente de financiación pequeña, el crowdfunding tiene el potencial para convertirse en una fuente de financiación "clave" para pymes en el largo plazo.
Según los datos que manejan las instituciones comunitarias, la financiación alcanzada a través de plataformas de crowdfunding creció desde de los 1.600 millones de euros en 2014 hasta los 4.200 millones el año pasado. De esta cantidad, 4.100 correspondieron a modelos en los que la contribución suponía algún tipo de rendimiento para los inversores.