En qué momento debe jubilarse un trabajador con una carrera de ingresos medios para cobrar la mayor cantidad durante su vida como pensionista
18 de enero de 2020
En qué momento debe jubilarse un trabajador con una carrera de ingresos medios para cobrar la mayor cantidad durante su vida como pensionista
Cuando los trabajadores entran en la órbita de la edad en la que pueden jubilarse, han de tener en cuenta varias circunstancias a la hora de decidir el momento exacto de retiro. Por lo general, deben poner en una balanza cuestiones como el estado de salud, sus condiciones y ambiente de trabajo o la diferencia entre su nivel de rentas en activo y como jubilados.
A todas estas circunstancias podría añadirse un elemento más: en qué momento retirarse para cobrar la mayor pensión posible.
Esto último es lo que ha analizado un estudio actuarial realizado por la consultora Willis Towers Watson (se hace eco Cinco Días), que determina cuál sería la “edad de jubilación óptima” para trabajadores que ahora tienen 60 años o más. Esta edad óptima es en la que el pensionista consigue lo que los autores del estudio denominan mayor Renta Bruta por Pensiones (RBP).
Para ello, calculan, según la cuantía de la pensión inicial que obtendrían –en función de la legislación ahora vigente– y su evolución actuarial (actualización y esperanza de vida de la persona por su sexo y edad), en qué momento el pensionista llegaría a cobrar una mayor renta acumulada a lo largo de los años que le restan de vida.
Este cálculo se puede realizar también introduciendo como variable un distinto número de años cotizados a lo largo de una vida laboral, con lo que la edad óptima de jubilación variará en función de ello.
En cualquier caso, aunque esta renta bruta por pensiones depende de multitud de variables, la que estos expertos consideran como más relevante en su análisis es la edad de jubilación, mientras que otras variables como el sexo, los años cotizados o las probabilidades de supervivencia tienen menor consideración, indica esta consultora.
Según estos expertos actuariales, la edad de jubilación afecta a la pensión total que cobrará el jubilado durante toda su vida a través de dos vías. Por un lado, el momento del retiro influye sobre la cuantía de la pensión inicial, y, por otro lado, al monto total que percibirá el pensionista, por una cuestión puramente actuarial: cuanto más tarde se jubile un trabajador, menos años de cobro de prestación tendrá y, por tanto, la cantidad que habrá recibido al final de su vida será menor.
Tomando solo el primero de estos efectos (cuantía de la pensión inicial), retrasar la jubilación puede tener repercusiones positivas o negativas, según la legislación actual. Entre las positivas hay dos: la primera es que cuanto más tarde se produzca la jubilación, menores son las penalizaciones por retiro anticipado y mayores las bonificaciones por el demorado (más allá de haber cumplido la edad legal). En segundo lugar, cuantos más años cotizados se tengan, mayor porcentaje sobre la base reguladora se aplica, lo que eleva la cuantía inicial de la prestación.
Optimizar el cobro de la pensión
Sin embargo, el retraso de la jubilación puede tener también dos impactos negativos sobre el importe de la pensión. Así, la reforma de pensiones de hace ocho años (Ley 27/2011) estableció un periodo transitorio hasta 2027 para retrasar la edad legal de retiro hasta los 67 años, y otro hasta 2022 para ampliar de 15 a 25 años el periodo de cotización que se tiene en cuenta para calcular la pensión. De esta forma, cuanto más tarde se retire un trabajador, más adelantados estarán estos periodos transitorios, con lo que se podrían endurecer ciertos parámetros para fijar la prestación inicial.
Mientras que un segundo efecto negativo de retrasar el retiro sería la posible aplicación del factor de sostenibilidad previsto ahora para 2023. Este factor supondría un recorte inicial de la pensión en función de la ampliación de la esperanza de vida.
Finalmente, la evolución de la base reguladora con los años puede ser positiva o negativa en el cálculo de una pensión. Aunque por lo general la base de cotización aumenta con la edad, también puede ocurrir lo contrario: que una expulsión del mercado laboral en los últimos años deteriore la cotización. En este caso, retrasar la jubilación suele perjudicar al trabajador.