Los ministros de Finanzas del G7, formado por Canadá, Estados Unidos, Japón, Francia, Alemania, Italia y Reino Unido han alcanzado un "histórico" acuerdo para fijar las bases de la nueva fiscalidad internacional mediante la instauración de un impuesto mínimo universal del 15% para las grandes corporaciones.
El acuerdo pretende evitar prácticas habituales de evitación de impuestos entre las grandes corporaciones tecnológicas, impediendo que las grandes multinacionales deslocalicen su sede a otro país donde tengan un trato fiscal mucho más favorable, además de hacerles pagar en los países donde operan.
El secretario del Tesoro británico Rishi Sunak aseguró que “es un momento para sentirnos orgullosos", "vamos a crear finalmente un sistema impositivo para el siglo XXI", además de ver en el pacto "un sistema más justo" que permite "recaudar más impuestos para pagar los servicios públicos. "Tendremos el mismo nivel de juego y vamos a introducir justicia en el sistema", agregó Sunak. "Esto va a significar que las compañías van a pagar los impuestos adecuados y en el lugar adecuado". "El mundo necesita un nuevo sistema impositivo adaptado a la complejidad de la economía digital. Esto es algo de lo que llevábamos hablando más de una década y por fin tenemos un resultado tangible. La compañías pagarán su parte y será al mismo tiempo un premio para los contribuyentes británicos".
Por su parte el ministro de Finanzas alemán Olar Scholz señaló que "Tenemos un acuerdo que va a cambiar realmente el mundo".
Alemania, Francia e Italia presentaron un bloque común en las negociaciones del G7, con el repaldo desde fuera por España, en calidad de cuarta economía de la UE. La ministra de Economía Nadia Calviño suscribió una carta conjunta, publicada por The Guardian, reclamando "un nuevo sistema impositivo internacional para el siglo XXI".
El texto del acuerdo señala que los firmantes "nos comprometemos a llegar a una solución equitativa sobre el reparto de los derechos de imposición, concediendo a los países del mercado derechos de imposición sobre al menos el 20% de los beneficios que superen un margen del 10% para las empresas multinacionales más grandes y rentables".
Janet Yellen, Secretaria de Economía de EEUU y exgobernadora de la Reserva Federal, ha apuntado que este impuesto mínimo global acabará con la carrera tributaria "y garantizará la equidad para la clase media y la gente trabajadora en EEUU y el resto del mundo".
La Administración de EEUU , durante las negociaciones de Londres, ha presionado sin embargo para que los países europeos (como Reino Unido, Francia e Italia) retiren sus impuestos unilaterales a los "servicios digitales", por considerar que penalizan principalmente a las compañías norteamericanas. La UE ha advertido sin embargo que el nuevo sistema impositivo puede tardar aún años en ponerse en práctica y ha defendido el derecho de los 27
a tomar medidas provisionales.
En España, el Consejo General de Economistas (CGE) ha aplaudido el acuerdo alcanzado del pasado fin de semana por el G7 como "un primer paso para llegar a tener una tributación más ordenada y acorde con la realidad de las multinacionales” y creen que "lo razonable" es que se elimine la 'tasa Google' en nuestro país, ya que "ha sido una cosa transitoria".
Sin embargo, la implantación de este nuevo impuesto global de sociedad no ha tenido el mismo recibimiento en todos los países, uno de los más perjudicados es Irlanda. El Gobierno de Dublín ha manifestado sus "reservas significativas" al acuerdo alcanzado. Irlanda, con el impuesto de corporaciones más bajo de la UE (12,5%), que ha servido para atraer a los gigantes de la tecnología en las dos últimas décadas, ha puesto objeciones al impuesto "mínimo".
Previsiblemente las negociaciones continuarán en el mes de julio, en el G20 de Venecia, con la objetivo de ultimar el proceso con el visto bueno de las Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en París en el mes de octubre.
FUENTE: ADADE CENTRAL