La Ley Crea y Crece ha pretendido también fijarse en los emprendedores que ponen en marcha una startup, o lo que es lo mismo, un negocio innovador. Desde el pasado 10 de noviembre, acceder a la financiación que se necesita puede ser un proceso mucho más sencillo.
Los negocios emergentes y tecnológicos, conocidos mundialmente como
“startups”, suelen requerir casi siempre financiación externa, y
conseguirla no siempre es fácil. No obstante, esto podría cambiar en un
futuro cercano gracias a la entrada en vigor de la Ley Crea y Crece, cuyo
capítulo cinco se centra en facilitar la inversión en startups con
mejoras en la financiación extranjera y la agrupación de inversores.
Conseguir inversión es uno de los principales retos a los que tienen
que enfrentarse todos los emprendedores. Una buena idea sin la financiación
adecuada puede llegar a convertirse en un proyecto que termina en un cajón. Si
bien es cierto que existen distintos métodos para conseguir financiación, como
por ejemplo los crowdfundings o los préstamos privados, alcanzar
la cifra necesaria para hacer despegar la idea de negocio es una tarea
sumamente compleja.
Esto hace tan importantes las novedades que trae consigo esta ley, ya
que, según los expertos, “invertir en una startup en España es, desde el
pasado 10 de noviembre, un proceso más sencillo que antes”. Tal y como
explicó el cofundador de Dozen Investments, Ramón Saltor, quien participó como
interlocutor en la elaboración de la normativa, la Ley Crea y Crece “actúa como
estímulo para la inversión en proyectos nuevos”, algo que beneficia por
igual a plataformas de financiación participativa y a emprendedores.
“Las plataformas amplían su capacidad para operar en nuevos mercados y
lo podrán hacer, además, con una legislación prácticamente homogénea en toda la
Unión Europea. Esto funcionará como impulso para la creación de nuevas
empresas, lo que conllevará la creación de nuevos puestos de trabajo cualificados”,
explicó Ramón Saltor.
El objetivo
es igualar la normativa española con la legislación europea
Con la entrada en vigor de la Ley de Creación y Crecimiento de
Empresas (Crea y Crece) se ha puesto al día la regulación española. En
concreto, el capítulo V de esta ley ha sido creado para sustituir a la
norma anterior publicada en 2015 (Ley 5/2015, de 27 de abril, de
fomento de la financiación empresarial), igualándola a nivel competitivo con el
resto de las normativas europeas. Ahora, España cumple los requisitos marcados
por el Reglamento Europeo en lo que a crowdfunding o
financiación participativa se refiere, “superando los obstáculos que no habían
quedado cubiertos, como el de facilitar el camino a las operaciones
extranjeras”, explicaron los expertos de Dozen Investments.
El Reglamento Europeo, que fue aprobado en noviembre de 2020, ofrece un
marco legal que unifica los criterios de aplicación a todos los países,
teniendo que ajustarse las normativas estatales antes de noviembre de 2024. Las
nuevas reglas establecidas en dicho reglamento entraban en conflicto
con la normativa española de 2015, motivo por el que la Ley Crea y Crece,
con su capítulo V, sustituye a la normativa anterior.
Qué
beneficios aportará la Ley Crea y Crece a las startups o negocios
innovadores
Grosso modo, el capítulo V de la Ley Crea y Crece ha convertido las
inversiones en startups en un proceso mucho más sencillo. En primer lugar,
permite agrupar a los inversores en “vehículos” para facilitar la
financiación de nuevos negocios y empresas. Hasta ahora, los pequeños
inversores debían invertir directamente en la startup, lo que provocaba que
hubiera en algunos casos hasta un centenar de inversores distintos en una misma
sociedad. “Esto dificultaba mucho la operativa para realizar próximas
operaciones como ampliaciones de capital, debido a su complejidad”, explicaron
los expertos.
De esta manera, a partir de ahora, las plataformas pueden crear una
sociedad -SL o de cualquier otra tipología, siempre que sea aceptada por un
país europeo- que tenga como finalidad invertir en la startup. Es decir, la
plataforma de inversión tiene la capacidad de crear estas sociedades
para utilizar el capital a través de una única entidad jurídica. Esto, en
la práctica, beneficiará a los emprendedores que quieran llevar a cabo
determinadas operaciones, ya que el procedimiento será mucho más rápido y
sencillo.
En segundo lugar, las plataformas de financiación participativa ya
pueden solicitar un “pasaporte europeo”, con el que se permitirá operar
dentro del mercado común. Esto quiere decir que tanto sociedades nacionales
como internacionales tendrán capacidad de financiar proyectos en España
y en el resto de Europa. “Hasta el momento, existían muchas trabas
burocráticas que dificultaban mucho operar de forma supranacional. Esto
frenaba la llegada de Venture Capital europeos (inversores de riesgo),
algo que limitaba las oportunidades para muchos emprendedores, pero
también hacía difícil que plataformas españolas respaldaran proyectos del
mercado común europeo”, explicaron desde Dozen Investments.
Por otra parte, en términos de captación de capital, al actualizar la
norma en base al Reglamento Europeo, el importe máximo que pueden captar
las startups en el periodo de un año se ha elevado a cinco millones de
euros, sin importar el tipo de inversor que acuda a la financiación.
Otra novedad que incorpora la ley es que, a partir de ahora, las
plataformas de financiación podrán disponer de un tablón de anuncios donde
los inversores podrán indicar su interés en vender participaciones. Eso sí, la
operación deberá hacerse entre el comprador y el vendedor. A su vez, se
permite, aunque sólo en el caso de préstamos, “que el inversor defina unas
características de proyectos y la plataforma le invierta directamente el dinero”.
Con estas novedades incluidas en el capítulo V de la Ley Crea y
Crece, se busca principalmente potenciar los mecanismos de inversión en
startups. “Esta norma avanza de forma positiva en la regulación sobre
la actividad de crowdfunding y se equipara con los reglamentos
europeos más avanzados en esta materia. Esto se traduce en una ayuda a los
inversores, especialmente a la entrada de capital procedente del
extranjero”, destacó Ramón Saltor.
Hasta la fecha de su entrada en vigor, según explicó el experto, “era
muy difícil y poco atractivo coinvertir con venture capital extranjeros.
De hecho, nuestra plataforma era la única que lo había conseguido en España.
Ahora, las medidas adoptadas en la ley permitirán la llegada de esa inversión
desde fuera al impulsar el pasaporte europeo, que permitirá operar de
forma rápida en cualquier país del mercado común”.
El hecho de que a partir de ahora sea más sencillo operar para los
inversores supone una importante ventaja para los emprendedores, ya
que, en palabras de Ramón Salto, “la aprobación de vehículos en todo el mercado
común facilita y equipara las operativas de inversión en todos los países
europeos”.
Estas
novedades se suman a la nueva Ley de Startups
La Ley Crea y Crece no es la única normativa que trae novedades y
ventajas para los emprendedores del país. Recientemente, el Congreso
aprobó la nueva Ley de Startups, que pondrá en marcha a partir del 1
de enero de 2023 diversas novedades fiscales para los negocios que sean
considerados innovadores y emergentes.
La ley recién aprobada por las cortes aclara que las nuevas ayudas
y la ampliación de varias deducciones van dirigidas a dar una mayor
cobertura y respaldo económico a aquellos negocios denominados
"emergentes". De hecho, el propio texto fija las condiciones
que deberán cumplir las empresas emergentes para ser consideradas startups
y poder acogerse a estos beneficios a partir de enero de 2023.
Algunos de los
principales requisitos serían tener menos de cinco
años, ampliables a siete para los negocios de algunos sectores como la
biotecnología; o "desarrollar un proyecto de
emprendimiento innovador que cuente con un modelo de negocio escalable".
Se da la potestad a la empresa Enisa para determinar qué autónomos sí y
cuáles no están al frente de una actividad "innovadora".
Los negocios que logren 'pasar el corte' y ser considerados innovadores, emergentes o startups podrán acogerse a algunos beneficios fiscales, como por ejemplo: tributar a un tipo nominal reducido del 15% en el Impuesto de Sociedades durante los dos primeros años; aplazar sus autoliquidaciones hasta un año y sin recargo; utilizar hasta 50.000 euros en acciones exentos de tributar para pagar a sus empleados; o crear su negocio sin pagar tasas y en una media de seis horas.
FUENTE: AUTONOMOS Y EMPRENDEDOR.ES