La libertad de amortización es un incentivo fiscal que permite a las empresas determinar de manera flexible el ritmo de depreciación fiscal de determinados activos, sin tener que adherirse a los métodos de amortización establecidos por la normativa fiscal vigente. Este beneficio permite a las sociedades decidir, en cada ejercicio fiscal, las dotaciones a la amortización que serán consideradas fiscalmente deducibles.
En el caso de adquisición de elementos patrimoniales nuevos, si el precio unitario de adquisición no supera los 300 euros, con un límite de 25.000 euros en el ejercicio, podrá aplicarse la libertad de amortización a cada uno de estos bienes.
Otros supuestos de libertad de amortización
Este incentivo también se aplica a otros tipos de activos, incluyendo:
Las empresas de reducida dimensión que realicen inversiones generadoras de empleo pueden beneficiarse de la libertad de amortización. Esto aplica a elementos nuevos del inmovilizado material e inversiones inmobiliarias, siempre que se cumpla con la condición de incrementar la plantilla media durante los 24 meses siguientes al inicio del período impositivo en que los bienes adquiridos entren en funcionamiento.
Para calcular la inversión que puede beneficiarse de este régimen, se multiplica la cifra de 120.000 euros por el incremento de plantilla calculado con dos decimales.
En resumen, la libertad de amortización es una herramienta flexible que permite a las empresas gestionar mejor su fiscalidad y optimizar el uso de sus recursos, en especial en el contexto de nuevas inversiones y crecimiento. Aprovechar este incentivo fiscal puede ser clave para mejorar la situación financiera de su empresa y generar ventajas competitivas.
Más información: Agencia Tributaria: Libertad de amortización
ADADE Central